La genealogía supone un viaje en el tiempo.
Al aprender la historia de mis padres me trasporto a su época y parece que los veo en su casa, en su trabajo, en la calle con sus amigos...
Con mis abuelos pasa lo mismo. Y es aún más evidente el viaje en el tiempo. Porque me imagino su alrededor, tan diferente de la actualidad. No había coches, mi apenas comodidades. Cada vez que averiguo datos sobre mis antepasados estoy asomándome al pasado.
Por eso es tan apasionante la genealogía. Y por eso también me atraen las películas con temática del viaje temporal.
Esa ciencia ficción no lo es tanto, en realidad.
Hoy en día estamos acostumbrados a la inmediatez. Los mensajes de texto o voz llegan al destinatario en el mismo instante de crearlos. Incluso las comunicaciones entre ciudades lejanas se han acortado en tiempo, gracias a los viajes por autovía o en tren cada vez más rápidos y la bajada de los precios de los viajes en avión, que los han hecho accesibles a cada vez más gente. Pero no hace tanto tiempo que esto no era así. No había móviles y los viajes eran mucho más costosos en dinero y tiempo. Aparte del teléfono fijo las cartas eran la forma habitual de comunicación, y estás suponían también un viaje en el tiempo. Conectaban al que las escribía en un pasado con la persona que las leía en un futuro más o menos lejano y en otro lugar.
Las mismas cartas, leídas mucho tiempo después suponían un apasionante relato de tiempos pasados. Y, en muchas ocasiones se ha recurrido al género epistolar para escribir historias familiares o biografías personales.
Siempre me ha llamado la atención el Tiempo, y nuestra percepción del mismo.
Todos hemos podido comprobar cómo el tiempo de espera puede transcurrir a una velocidad distinta según quién lo percibe. Pasaba muy lento, a la edad de diez años y algunos meses, hasta la llegada de mi siguiente cumpleaños. Se hacía eterno.
Sin embargo el final del verano llegaba demasiado deprisa. Y en un suspiro se terminaban las vacaciones y tenía que empezar las clases.
A las puertas de un quirófano en el hospital, el tiempo parece que se hace espeso. Dos horas de retraso sin información pueden suponer una eternidad. Pero dos horas viendo una película divertida pasan en un suspiro.
Por todo esto, cada vez estoy más convencido de que el tiempo, tal y como lo entendemos, no existe. Es un concepto abstracto inventado por los hombres. Pero no entendemos, realmente como funciona.
En muchas ocasiones, la literatura y el cine se han ocupado del tiempo en la llamada Ciencia Ficción.Artefactos para viajar en el tiempo como en la novela de HG Wells, La maquina del tiempo" de 1895, o las siguientes versiones en películas (1960) (2002), "El planeta de los simios (1968) y sus diversas secuelas,
paradojas temporales, como "El final de la cuenta atrás" (1980), "Los héroes del tiempo" (1981), "Terminator" (1984), "Regreso al futuro" (1985), "Atrapado en el tiempo" (1994), "Time cop" (1994), "Startgate" (1994), "Frequency" (2000), "Minority report" (2002), "Deja vù" (2006), "Código fuente" (2011), "Looper" (2012), "Interestelar" (2014),
"Al filo del mañana" (2014), "X-men; Días del futuro pasado" (2014), "Vengadores; End game" (2019), The Umbrella Academy"(2019)
"Tenet"(2020), "Dirk Gently" (2022) y otras muchas.
He podido leer y ver la mayoría de estas novelas y películas, lo que me dice dos cosas que creo ciertas.
Que es un tema que intriga a muchos autores...
Y que soy un friki de la ciencia ficción.