Una parte muy importante de mi investigación genealógica, consiste en hablar con mis mayores, los protagonistas de la historía familiar que queremos conocer. Sus relatos son la mejor fuente de conocimiento, así como una forma muy gratificante de aprender.
Y es mucho más didáctico cuando me cuentan la misma historia desde dos o mas puntos de vista. La siguiente historia me la relató mi tía Isabel Coll Belmonte, y mas tarde, mi padre Pedro Coll, me dió su versión.
Isabel.
"Mi abuelo materno se
llamaba José Antonio Belmonte Monserrate. Era un hombre muy inteligente y
despierto, aunque carecía de estudios. Sus hijas Josefa y Concha, desde muy
pequeñas, empezaron a frecuentar una tienda (o fábrica) que estaba en una de las
plantas del edificio llamado La casa de los nueve pisos de Murcia.
![]() |
Isabel Coll Belmonte, San Sebastián 1972. |
Se dedicaron a aprender a pintar
y decorar figuritas de adorno, de Belén, etc. Y lo hacían muy bien. Sobretodo
la pequeña Josefa, mi madre, que atrajo la atención del dueño, que era un tal D. José
García Martínez. Terrateniente murciano.
Este le dijo un día a la pequeña
Josefa, que trajera a su padre que quería hablar con el. Cuando mi abuelo fue,
Don José García le dijo lo contento que estaba con sus hijas y le preguntó que
en qué trabajaba. José Antonio le dijo que tenía tierras propias y arrendadas.
Ante esta respuesta Don García le dijo que quería que se viniera a la casa de
los nueve pisos a trabajar para el. Y así lo hizo.
La casa de los nueve pisos era y
es un edificio emblemático en Murcia capital. Se trata de un edificio que tenía
cada planta dedicada a una función, fábricas de juguetes, cristal, sombreros,
etc.
En la planta baja había varios
aljibes. Cada día, una legión de aguadores pasaba por allí para cargar agua y
llevarla a los pisos altos de los domicilios de Murcia.
Entonces no había agua corriente
y era muy trabajoso subirlas a las casas desde las fuentes.
El trabajo de mi abuelo
consistía en llevar un registro de todo ese ajetreo de compra de cántaros de
agua".
Pedro.
Mi padre y yo hablamos de lo que mi tía Isabel me había
contado.
Según él, mi bisabuelo José Antonio conoció a Don José
García de la siguiente forma.
![]() |
Pedro Coll Belmonte |
“Tu abuela Josefa y su hermana Concha, estuvieron trabajando
en la casa de los nueve pisos desde muy pequeñas. Josefa debía de tener entre 9 y 12 años. Pintaban figuras de Belén
y las caras de las muñecas que se vendían allí.
La tía Concha no hablaba mucho. Era alta y callada. Josefa,
mas bajita, sin embargo, era muy despierta.
Hubo un conflicto laboral, y las mujeres de aquel taller se
unieron para pedir una subida de salario. (Por cada pieza pintada les pagaban
uno o dos céntimos).
Encargaron a “Josefica” que fuera a hablar con el dueño y le
pidiera la subida salarial para todas.
Ella fue al despacho de Don José y este la recibió.
Le expuso lo que quería, y el le preguntó que quién le había
dicho que pidiera eso. Ella le dijo que las mujeres. La despidió del despacho
con la negativa a su petición. Y así se lo comunicó Josefa las demás. Pero mas
tarde, Don José recapacitó. Le había caído en gracia aquellas niña tan pequeña,
así que la llamó y le dijo que si, que les iba a subir el sueldo. Luego le dijo
que le dijera a su padre que viniera a verlo.”
Cuando mi madre le dijo a papá José Antonio que Don José
García lo llamaba, este le dijo: “¡Ya está! ¡Qué habrás hecho!”
Y Josefa le contó lo de la subida salarial.
El se echó las manos a la cabeza y resignado a ser
amonestado se fue a ver al propietario.
Pero lo que le dijo fue que lo necesitaba para trabajar allí
para administrar el agua del aljibe.
Así empezó la relación con Don José García".
![]() |
Mis bisabuelos Josefa Forca Sánchez y José Antonio Belmonte Monserrate |
La casa de los nueve pisos fue construida por el arquitecto José Antonio Rodríguez, en 1914. En ella, el Industrial murciano Don José García Martínez, instaló varios negocios, con el nombre de Industrias García. Mi abuelita Josefa no pudo tener menos de 14 años, cuando trabajó en la fábrica de figuritas de Belen, puesto que ella nació en marzo del año 1900.
Muchas gracias Eugenio, no tenia ni idea de esta história. Podrías escribir otro libro con todas estas historias familiares. Me ha encantado
ResponderEliminarSi, Maje, los relatos que encuentro se van multiplicando, y aún tengo mucho que contaros. Pero por lo pronto me conformo con publicarlas en mi blog.
ResponderEliminarUn beso
No tenía ni idea de esta historia, Eugenio, y es muy curioso las distintas percepciones de un mismo hecho. Después de tanto tiempo a la abuelita la veían aún más pequeña de lo que era. Aunque lo básico de la historia lo recuerdan casi igual, con algunas variaciones. Seguramente no habían vuelto a hablar de cómo fueron las cosas.
ResponderEliminarEs lo que pasa con nuestros propios recuerdos.
ResponderEliminarEn ocasiones, unos tienen ciertos datos que otros no tienen, pero incluso viviendo una misma escena en directo, somos capaces de dar mas de una versión.
Un beso Susy.
¡¡Que interesante Eugenio!!. Gracias por ese hermoso trabajo al que tanto tiempo has dedicado. Un lujo.
ResponderEliminarMuchas gracias Maripe
ResponderEliminar